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En el lago Nemi, 24 km. al sudeste de Roma, durante muchos
siglos yacieron sumergidas dos enormes galeras que el emperador Caligula mando construir y
hundir en sus aguas.
Los primeros datos fueron aportados por los pescadores, cuyas redes se enredaban en las
galeras y las anclas de sus barcas, en ocasiones traían a la superficie objetos y piezas
labradas que parecían ser de un barco.
El Nemi es un lago que, desde antes de la fundación de Roma, era teatro de culto a dioses
con ritos y sacrificios humanos.
Con el progreso de la tecnología submarina, todos estos indicios se fueron confirmando.
En 1895 una expedición de buzos recupero varias piezas de bronce. En esa época los
arqueólogos, basándose en las monedas encontradas pudieron identificar que los barcos
pertenecieron a la época del demente emperador Caligula el cual, es sabido, subió al
trono en el 37 D.C. y estaba dominado por una obsesión por todo lo religioso y sentía
pasión por los barcos, sobre todo los mas grandes y suntuosos.
En la década de 1920 a 1929, se comenzó a pensar en extraer los barcos del lago,
siguiendo técnicas similares a las aplicadas en las naves encontradas en el mar pero
aprovechando que, gracias a la baja salinidad del lago, los cascos estaban casi intactos.
Los obstáculos técnicos estuvieron a punto de desbaratar la empresa, de no ser por la
intervención de Mussolini que veía en la misma un resurgimiento de las glorias del
Imperio Romano. Por su intervención, fue posible llevar a cabo el desagüe del lago que,
aunque no muy grande, implico desagotar casi 50 millones de metros cúbicos de agua para
lo cual se utilizo un canal de desagüe construido por los romanos para regular el
crecimiento del espejo de agua del lago, al que hubo que limpiar y desobtruir de los
derrumbes que se habían producido a lo largo de los siglos.
En septiembre de 1929 se comenzó a sacar los barcos del lago, tarea que finalizo en 1932.
El lago tardaría casi 10 años en llenarse nuevamente.
Los barcos eran asombrosos y pese a haber transcurrido 19 siglos estaban casi como si
recién se hubiesen hundido. Las aguas, al no tener salinidad no habían causado ningún
daño.
Se recuperaron hasta los cabos de cáñamo del aparejo y se vio que los nudos eran los
mismos que se utilizan actualmente.
Una de las galeras media 73 metros de eslora y la otra 64 metros. No eran dimensiones
comunes,
El lujo era desusado hasta para las naves imperiales (ni que hablar de las de combate).
Las cabezas de timón estaban decoradas con tallas doradas Los cáncamos tenían forma de
cabezas de animales que, entre los dientes sostenían las anillas. Entre las copas de
plata maciza, tallas de marfil y el sinfín de objetos, se hallaron cuatro columnas de
mármol que encuadraban un templo techado con placas de cobre dorado.
Lo mas asombroso fue confirmar la técnica de construcción naval romana, la cual en lugar
de construir primero el esqueleto y luego el casco, lo hacia al revés. Previamente
construían el casco, ensamblando la tablazón con juntas de caja y espiga para luego
colocarle las cuadernas.
El calafateado estaba formado por una fina tela de lana impregnada de brea y, sobre ella,
finas laminas de plomo de casi un milímetro de grosor.
Las piezas que no hacían fuerza, eran de pino o abeto con clavos de cobre. Pero para
cornamusas o piezas que cumplían grandes esfuerzos se usaba roble y clavos de hierro y,
para que el ácido tánico del roble no los atacara, los clavos atravesaban una clavija de
una madera mas neutra.
Se encontró una mesa giratoria montada sobre rulemanes (si, leyó bien: rulemanes) hechos
a mano, cañerias de plomo y terracota, canillas y valvulas de bronce que, una vez
limpias, siguieron funcionando y bombas de achique mas que modernas, del tipo de embolo,
en una época en que el achique se hacia a mano y con baldes.
En 1939 se abrió un museo para la exhibición de estas piezas que estaban sobre soportes
para visualizar bien las líneas del casco.
El 31 de mayo de 1944, un incendio producida durante la retirada de una unidad alemana
destruyo los naves que, para ese entonces estaban resecas pero, afortunadamente, los
demás objetos no fueron afectados y hoy pueden verse en el Museo Nacional de las Termas
de Diocleciano en Roma.
Las naves, con todo fueron tan minuciosamente analizadas, dibujadas y fotografiadas que,
de desearse, podrían duplicarse con tanta fidelidad que ni sus mismos constructores lo
notarían.
Extractado de un articulo de Gordon Gaskill en Selecciones del Readers Digest
Galera de guerra fenicia. Por diego Silva
FOTOGRAFIA DEL MODELO PERTENECIENTE AL ARQUITECTO CARLOS RANDO
FERRER, APARECIDA EN EL NUMERO 19 DE LA REVISTA MODELSHOW
Ya en una epoca tan temprana como el año 2600 a. de C. tenemos noticias de este pueblo de
navegantes y navieros los fenicios. Su fama era tal que el faraón Sakhuré, compró a los
fenicios, entre otras cosas, un lote de cuarenta barcos construidos con la tan preciada
madera de cedro del Líbano.
Alrededor del año 700 a. de C. los barcos de guerra fueron dotados de una terrible
invención, el espolón, y aunque no sabemos si se debió a ellos tal invento, podemos
encontrar representaciones de galeras de guerra fenicias con espolón a partir de esta
fecha (figuras 1 y 2), algunas de estas muestran naves birremes, las primeras que se
conocen, con dos ordenes de remos superpuestas.
De la interpretación de estos dibujos y bajo relieves resultan unas naves construidas en
base a un gran tronco de cedro muy grueso, labrado y vaciado al que le añadian unos
semicascos laterales, probablemente forrados con tablas, que estabilizaban la nave y
servian de soporte a los remos, alojando tambien a un orden de remeros, mientras que en
los birremes el segundo orden se ubicaba dentro del casco principal. De este modo era
posible conservar un casco estrecho y de facil propulsión, y un puente de combate tambien
estrecho por el cual pudieran moverse los soldados sin comrpometer el equilibrio de la
nave; era factible entonces alcanzar mayor velocidad y mayor potencia para la embestida.
En el siglo lV a. de C. en los astilleros de Cartago nace el navio mas temible de la
antigüedad, el trirreme.
EL MODELO
(nota:la siguiente descripcion se refiere a un modelo similar pero que no es
especificamente el de la foto)
Representa una galera monorreme fenicia, con espolón protegido con placas de bronce y
semicascos laterales de una sola pieza de cedro al igual que el casco. Este tipo de nave
se utilizó para proteger las rutas comerciales y los puertos.
El casco se trabajó de una pieza, en este caso de caoba, tallado a mano y se ahuecó para
luego montar una estructura interna que soporta el puente. Se le colocaron los semicascos
laterales trabajados como el casco pero en cedro y se realizó la tablazón de la zona
superior con tracas de cedro blanco y refuerzos verticales y cintones de cedro rojo.
El palo y la verga se tallaron a mano en varillas de cedro y la vela está cosida y
pintada y luego tratada con barníz para que mantenga la forma.
Un detalle de interés es la confección de la cesta utilizada como cofa, esta se realizó
con paja de escoba selecionada para las varas verticales y agujas de pino
"especiales" (de hasta 30 cm de longitud), para el entretejido horizontal; se
fue tejiendo como un canasto común, utilizando pequeñas herramientas con forma de gancho
hechas con alambre o alfileres y mucha paciencia.
Escala del modelo:1/50
Agradecemos al Sr. Diego Silva el material aportado
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